Tim Erickson
La marcha fue una de las primeras actividades atléticas en atraer la atención al público, de tal manera que ya durante los siglos XVII-XIX se celebraron muchas competiciones, tanto basadas en la distancia como en el tiempo. Sin embargo, hacia la segunda mitad del siglo XIX, la marcha perdió parte de su interés para el gran público, que hasta entonces había disfrutado de aquellas pruebas. Ya por aquel entonces, Charles Westhall, un reputado marchador profesional, escribió (1862) sobre los abusos que se habían infiltrado en el deporte de la marcha, ya sean en la manera de marchar como en las distintas trampas que se cometían. Se quejó amargamente de la 'la impericia y falta de coraje de parte de los jueces y árbitros para parar al hombre que, con el propósito de adquirir fama o de ganar dinero de cualquier manera, pudiera traspasar el límite entre marchar y correr'. El fue quizás el primer hombre en dejar escrito como debía comportarse un juez.
'Para ser un marchador legal, la postura será lo suficientemente erguida, con los hombros hacia atrás. Los brazos al moverse estarán doblados y se moverán rítmicamente a cada paso, en concordancia con las piernas y cruzando el pecho. Éste, estará echado hacia delante. La zona lumbar deberá estar suelta para dar plena libertad a las caderas, y las piernas perfectamente rectas, se lanzarán decididamente por delante del cuerpo permitiendo alcanzar el suelo, siendo el talón la primera porción del pie en lograrlo. El movimiento de los brazos mantendrá el equilibrio del cuerpo y despegará la otra pierna del suelo.'
Esta norma no era definitiva, sino que en estos primeros días los jueces tenían únicamente un vago concepto del ‘fair heel and toe’ (manera correcta de apoyar el pie) que no les ayudaba en sus interpretaciones. Cuando John Chambers ganó el primer Campeonato de Inglaterra de Marcha Aficionados en 1866, la prueba fue juzgada bajo la anterior regla.
1880 marcó la creación de la 'Amateur Athletics Association in England', la cual en su Campeonato Inaugural publicó sus primeras reglas de competición. Es notable que lo esencial de las actuales reglas del Atletismo, incluyendo tamaños y formas de los pesos, y las áreas de lanzamientos, fuera entonces establecido. El conjunto de reglas de 1880 incluía 16 normas (un siglo más tarde habían crecido a 114).
Las reglas 14ª y 15ª eran de un particular interés para los marchadores:
- 14ª: En las carreras de marcha, los avisos y las descalificaciones serán dejadas a la discrecionalidad de los jueces.
- 15ª: La decisión de los jueces en cada competición no tendrá apelación.
De esta manera no se hizo ningún esfuerzo para definir lo que era una manera correcta de marchar y los jueces quedaban facultados para decidir lo que era una manera legal ('fair heel and toe').
El de Australasia (Australasian Convention de Auckland, 1900), fue uno de los primeros Congresos Atléticos en el que se adoptaron unas reglas formales para el deporte de la marcha. Éstas eran:
- 1º: Que un Marchador debe mantener contacto con el suelo con un pie durante un paso, y con los dos pies al final de dicho paso.
- 2º: Que el talón delantero debe tocar el suelo antes de que el pie posterior se despegue de éste.
- 3º: Que al apoyar el talón del pie delantero, la pierna debe estar 'extendida' (not be bent) y con la rodilla 'bloqueada' (locked).
- 4º: Que el cuerpo y la cabeza deben mantenerse erguidos.
Estas normas fueron adoptadas como reglas formales para regir la marcha atlética en Australia y conservaron su vigencia durante muchos años. Se necesitaron 50 años más, en el resto del mundo para alcanzar un grado comparable de sofisticación con sus propias reglas.
La I.A.A.F. fue muy lenta en reaccionar ante lo que era una necesidad obvia. Fue únicamente la inclusión de la marcha en las Olimpíadas de Londres en 1908, lo que hizo evidente la falta de acuerdo sobre lo que constituía la Marcha. Para solucionar esta desagradable cuestión de una vez por todas, se formó en 1912 la Comisión de Marcha.
No fue sin embargo hasta 1928 cuando fue publicada la siguiente definición de Marcha. Esta nueva regla se empleó a partir de entonces en todas las competiciones internacionales.
- La Marcha es una progresión por pasos tal, que hace que se mantenga un contacto continuo con el suelo.
Esta regla simple dejaba mucho que desear. No discutía en modo alguno sobre la necesidad de aterrizar sobre el talón, ni daba ninguna guía a los jueces para ayudarles a decidir lo que era legítimo y lo que era inaceptable. Consecuentemente, recibió una gran multitud de críticas durante un largo período de tiempo, tanto porque se consideraba 'insuficiente', como porque no era entendida adecuadamente. De vez en cuando se efectuaron propuestas para una nueva definición, o para ampliar la que ya existía. Muchas de ellas, concernían más al 'estilo' que al asunto del contacto con el suelo. Muchas se hicieron durante los congresos de la I.A.A.F. pero la mayoría fueron rechazadas o pospuestas para un ulterior análisis.
En la I.A.A.F. Conference de Estocolmo (1949) se adoptó finalmente una ampliación de la definición de 1928, que decía:
- La Marcha es una progresión por pasos tal, que hace que se mantenga el contacto continuo con el suelo. A cada paso, el pie delantero del marchador debe contactar con el suelo antes de que el pie posterior se levante.
Esto era obviamente solo una interpretación de la definición original, pero sirvió para explicarla en términos más claros y dirigiendo el foco hacia el elemento esencial del 'contacto' con el suelo. Pero persistieron las dificultades, que se manifestaron muy pronto con ocasión de los Campeonatos Europeos de Bruselas, cuando los marchadores ingleses Allen and Hardy fueron descalificados mientras marchaban a la cabeza de la prueba. Otras controversias aparecidas en las Olimpíadas de 1952 en la prueba de 10.000 metros marcha, confirmaron que esta nueva versión de la regla tendría una vida muy corta.
En la Olimpíada de Melbourne (1956), la regla fue dividida en dos secciones y ampliada de la siguiente manera:
- 1. Definición. La Marcha es una progresión por pasos tal, que hace que se mantenga el contacto continuo con el suelo.
- 2. Los jueces de marcha serán cuidadosos observando que el pie delantero del marchador haga contacto con el terreno antes de que el pie posterior se despegue, y en particular, que durante el período de cada paso en el cual el pie está apoyado en el suelo, la pierna esté 'enderezada' -es decir, no doblada por la rodilla- al menos durante un momento.
Esta nueva regla aseguraba que solo era aceptable el estilo básico de marcha, el original ‘fair heel and toe’.
Ello sirvió muy bien a la comunidad de marchadores y permaneció invariable hasta octubre de 1972, cuando fue cambiada con la adición de una nueva frase relativa al momento en que la pierna está extendida y en posición vertical. Esta aclaración era necesaria debido a el progresivo aumento de velocidad de los marchadores durante las carreras, y a la dificultad de decidir si un competidor extendía su pierna en el instante requerido. Ahora ese instante sería más fácil de juzgar, al especificarse un punto determinado del paso.
- La Marcha es una progresión de pasos de tal manera que el contacto con el suelo sea mantenido. En cada paso, la pierna delantera del marchador debe hacer contacto con el suelo antes de que la pierna posterior se despegue del mismo. Durante el período de cada paso en el que un pie está apoyado, la pierna debe estar extendida (no doblada por la rodilla) al menos un momento y, en particular, la pierna de soporte debe estar extendida al llegar a la posición vertical.
Esta regla no resistió tampoco el paso del tiempo pues seguía siendo difícil interpretarla a altas velocidades. Si un competidor no extendía la pierna en el primer contacto, y rodaba el pie sobre la pierna doblada inicialmente, había lugar todavía para la subjetividad de decidir si había enderezado la pierna durante el instante requerido en posición vertical. Había también una gran cantidad de fotografías que mostraban a marchadores sin el necesario 'apoyo continuo' sobre el terreno.
Por consiguiente, en abril de 1996 fue promulgada una nueva regla, la cual incluía un cambio obvio: el de mantener continuamente la pierna extendida durante la primera mitad del paso, y una variación sutil: la de mantener el contacto tal como podía ser visto por el ojo humano.
- La marcha es una progresión de pasos tal que el marchador hace contacto con el suelo, de manera que no sea visible al ojo humano cualquier pérdida de contacto. La pierna avanzada deberá estar extendida (es decir, no doblada por la rodilla) desde el momento del primer contacto con el terreno hasta que queda en posición vertical.
Aunque esa es la regla bajo la que operamos ahora, sería ingenuo pensar que esta versión será la definitiva. Las reglas que rigen la marcha han variado en tantas ocasiones como el deporte se ha reinventado a si mismo para mantener su credibilidad en el circuito internacional. Estoy seguro de que en el futuro aparecerán nuevas variaciones de como definir 'la marcha' y de como juzgarla. ¿Se usarán dispositivos electrónicos para detectar una perdida de contacto?. Se usará el video de una forma parecida a otros deportes?. Cualquiera que sea el futuro, la primitiva definición de ‘fair heel and toe’ persiste tan relevante como fue promulgada hace ya muchos años.
Tim Erickson
24 junio 2004
Font: The Australian Centurions.
Traduït per: Ultrawalking.net